Me cuesta ser constante,
Me cuesta darme cuenta que la inconstancia es algo más que el solo hecho de no repetir un hábito,
Me cuesta entender que repito hábitos que no necesariamente son constantes,
Me cuestan las constantes universales,
Me cuesta todo lo que sea constante,
Su carácter de inmodificable,
Modificaciones que no se modifican, también me cuestan,
Me cuesta aceptar que los planetas no se alinean porque yo lo quiero,
Ni se modifica su lugar solo porque es una constante.
Me cuestan las estructuras cerradas,
(y también, las abiertas)
Los laberintos que no se pierden,
la gente que no se encuentra.
Los encuentros,
y reencuentros.
Y los olvidos, esos me cuestan más.
La inconstancia que me caracteriza es bastante constante.
Y eso si que es raro,
o tal vez no tanto.